Web dedicada a la recopilación de documentos de autores enguerinos, o de otros que han escrito sobre nuestro pueblo, contribuyendo a la formación de la cultura escrita autóctona de Enguera.

2 de febrero de 2013

Cada foto tiene su historia


… cada foto guarda sus recuerdos, y la que encabeza este escrito los tiene. Uno de los más entrañables, y tristes, es el de las ausencias. En la fotografía ya han desaparecido cuatro de los amigos que en ella están. Se fueron apenas iniciado el viaje por la madurez. Sirvan estas páginas para recordarles cincuenta años después de pasado lo aquí relatado.

Va por vosotros, amigos: Pedro Ballester, Rafael Aparicio, Miguel Vila y Francisco Gómez.
                Todos oscilábamos, año arriba año abajo, por la edad de veinte años. Fue durante las vacaciones, (no recuerdo bien si fue el día 18 de Julio o el 25, día de San Jaime)  Unos días antes nos habíamos reunidos la cuadrilla de amigos en el Bar Chimo, sede de nuestras tertulias semanales, y decidimos marchar, para pasar el día y hacer una buena paella, a la finca llamada Fuente de la Garrofereta, propiedad de la familia del tertuliano Paco Gómez Doménech con domicilio en la calle San Cristóbal, y así lo hicimos.

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26 de enero de 2013

Madre Sierra


Temblorosos amaneceres coronan suaves colinas de frentes altivas donde el rocío se posa complacido sobre la estepa soñolienta. Levanta los ojos al cielo el jilguero madrugador pregonando las bendiciones del nuevo día y a su voz de pico responden entonadas otras tantas, polifonía insólita de improvisado pentagrama que emerge de la espesura. Agarrados a la tierra suspiran los majestuosos pinos, ríen brezos ruborosos rozando la tímida ajedrea, el morado espliego compite con el bálsamo del romero mientras el tomillo a rastras, humilde se desdice de todas las soberbias. Como espadas blandidas por el más compasivo de los dioses, se yerguen en las ramblas las rosadas adelfas, punzantes aliagas se abrazan a la base de los palmitos, sacude el enhebro su polvoriento talle y el lentisco se ensancha orgulloso besando los troncos de las carrascas.


Abrigo del barranco La Carrasca

19 de enero de 2013

San Antón, 2013


Si el año pasado trajimos a colación relatos de diferentes autores, centrados todos en el siglo XX, este año queremos ampliar nuestra colección de imágenes recordadas por tres maestros de nuestras letras y nuestra cultura: don Pedro Sucías, Fernando Palop y Pepe Ciges –éste en una nueva versión de la fiesta de San Antón–.
 La razón de esta búsqueda de documentación no pretende otra cosa que dejar de lado, en relación a los festejos de San Antón, frases como “me dicen”, “me contaron” u otras similares. Es por ello que continuamos la búsqueda entre los autores del siglo XX.
Con ello sólo pretendemos incrementar la colección, como venimos de afirmar, de documentos sobre nuestra Fiesta. Y aunque es cierto que Josele Aparicio, en la Revista del año 2.012, establece una fecha mucho más antigua que éstas en que andamos rebuscando referencias y, en consecuencia, más antigua que los documentos que andamos publicando, todos ellos al siglo XX; no por ello cejamos en nuestro intento de ofrecer documentación que agregamos a lo ya publicado, a saber:
* La referencia de Gumersindo Guerrero, la poesía de M. Marín Aparicio  y la Crónica Local y General tomadas del número 22 del periódico El Enguerino, de fecha 18 de enero de 1908.
* El manuscrito del Romancero Enguerino de Pepe Ciges, referenciado a los años veinte de mil novecientos.
* Los trabajos de Jaime Barberán Juan, publicados en A Nuestros Jóvenes de 1949 y Valencia Atracción de 1953, bajo los títulos de La fiesta de San Antón y Tradiciones enguerinas, con subtítulo: Romance y Glosa de la Fiesta de San Antón, respectivamente.
* Y finalizábamos con la aportación de Miguel Sanchiz Grau, bajo el título de Abanderados 1995.
A ellos agregamos tres nuevos:
1º.- El trabajo de don Pedro Sucías que tomamos de su obra Apuntes Históricos de la Villa de Enguera, fechado como toda la obra en 1.908.
2º.- El artículo que, tomado de la Revista Enguera  de 1968, lleva por título De un cuaderno escolar y tiene por objeto narrar cómo Fernando Palop recuerda los Sanantones de su infancia, por tanto de los años veinte, pues nació en octubre del 1.915.
3º.- El tercer trabajo corresponde al Romancero Enguerino de Pepe Ciges en la versión, diríamos, “completa”, tal como se halla en este momento, en que seguimos trabajando para publicarla como número 3 de la Colección de libros que la Fundación La Sierra de la CV viene ofreciéndonos cada verano.

En este último documento, de inconmensurables matices cromáticos, mantiene la totalidad de festejos, que acompañaron la fiesta del invierno enguerino. En tal sentido, ayudados por los epígrafes con los que acompaña, podemos ver cómo era y cómo la han ido descargando de elementos festivos hasta  quedar reducida a lo que hoy conocemos: las rifas y la arreplegá, la recogida de leña, la única hoguera en la plaza de la Iglesia, los pan–benditos, la Misa y la chocolatá, la Procesión, la tirá y el sorteo.

12 de enero de 2013

Una curiosa leyenda…


Hace algun tiempo nos llegó este Documento, que nos resistimos en publicar toda vez que, entre otras razones, tenía toda la apariencia de ser fruto de expolio en alguna biblioteca. Transcurrido un tiempo más que prudencial lo hacemos público con cuantas salvedades sean necesarias, aunque principalmente lo hacemos porque no queremos ser tildados de secuestradores ni selectivos de información diferente a nuestra línea programática.

Pero también inciden en nuestra actual decisión las tres importantes razones siguientes:
• Primera, porque parece estar tomada de la Geografía del Reyno de Valencia, escrita por Carreras Candi a quien tantas veces hemos hecho referencia.
• Segunda, por la versión fantasiosa de ríos subterráneos, manantiales secos, etc que son atribuibles más al imaginario popular que al riguroso planteamiento de quien se siente, cuando menos, descriptor de una realidad. La existencia de qanä en La Sierra es algo evidente, como lo es que todos ellos estaban en dominios privativos de los señores de Anna, Chella, Bolbaite, Enguera, etc
• En tercer y último lugar, aunque no menos sabroso, es recoger un texto en el que el lector pueda constatar el lento y constante ataque a nuestra forma de hablar. Lean el último párrafo en el que, de modo sibilino, se recurre al origen o a la falacia del reducto geográfico incomunicado como causa de su mantenimiento. Así fue y así permanece el sinsentido con que se ha pretendido atacar, tanto desde el centralismo entonces como desde el sociolinguismo hoy, el rico patrimonio cultural que poseemos en nuestra específica forma de expresión oral y escrita, cuando no tienen otro tipo de argumento ni razón.
Sirvan al menos estas tres como excusa para no retener por más tiempo el Documento que hoy presentamos.
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