Durante la década de los
cincuenta del pasado siglo XX, los trabajadores por cuenta ajena en las
industrias, tenían derecho a diez días de vacaciones, siempre que su situación
como trabajador estuviese legalizada en la empresa. En ese periodo vacacional,
que debía de ser de descanso y no lo fue tanto para muchos, estaban incluidos
los domingos y los festivos que cayeran en esas fechas.
Una vez pasadas las fiestas de
Semana Santa y de la Pascua,
ya se esperaba con impaciencia, contando los días que faltaban, las vacaciones que
daban comienzo, generalmente, el día 18 de Julio, y terminaban el 26 del mismo
mes de Julio, Festividad de Santa Ana, Patrona del Gremio Textil de la Lana.
Así inicia Pepe Marín sus
recuerdos de aquellas vacaciones de los años cincuenta. Pero recuerda muchas,
muchísimas cosas más.
Disfruten con la lectura de Las vacaciones de los años cincuenta
Es así como su autor continúa desgranando el siglo pasado, a través de sus personales recuerdos.