Le otorgo el
nombre de Canuto, por ser hoy, día 18 de Enero festividad de este santo, cuando
empiezo a escribir esta narración. Es cierto el hecho que cuento, pero he de
advertirles que está lleno de imaginación y fantasía. Y lo de Delgado, es por
su aspecto enjuto y de poca masa corporal. Así pues, ya decidido el nombre con
su apellido correspondiente, me ocuparé en presentar, e intentar explicar, una
gesta que puede medir su grado de afición por la música.
Canuto Delgado fue un humilde trabajador, que alternaba sus
quehaceres con sus dos grandes aficiones: la música y la caza con pájaros de
reclamo. Desde niño era componente de la banda de música local. (No sé si
tocaba el clarinete o el saxofón) De lo que sí estoy seguro es que no faltaba a
ningún ensayo, y mucho menos a los actos en que participaba La Unión Musical en varias
localidades cercanas, y en otras bastante lejanas, como en esta ocasión en que
lo hacía para animar en la famosa Entrada de Moros y Cristianos en época
veraniega.